miércoles, 11 de enero de 2012

CUESTIONES BLOQUE V


BLOQUE V.



Los Reyes Católicos: La unión dinástica.

Isabel I, reina de Castilla desde 1474 y Fernando II, rey de la Corona de Aragón desde 1478, contrajeron matrimonio en 1469, teniendo lugar la unidad dinástica de ambas coronas. El Papa Alejandro VI les concedió el título de Reyes Católicos. Aunque los dos eran considerados reyes comunes (lema tanto monta) y gobernaban conjuntamente, según lo establecido en la Concordia de Segovia, cada reino mantenía sus instituciones, leyes, fronteras y sistema monetario propios. Pero Castilla, más poblada, extensa y rica, tuvo la supremacía política. Los Reyes Católicos mantuvieron unidad de acción en política internacional.

Al comienzo de su reinado Isabel ganó la guerra civil contra los partidarios de su sobrina Juana la Beltraneja, hija del anterior monarca Enrique IV, apoyada por los portugueses con los que firmó el Tratado de Alcaçovas (1479). Los Reyes Católicos lograron la unificación territorial de la Península Ibérica- la unión de "todas las Españas"-, con la conquista del reino nazarita de Granada (1492), tras una guerra de diez años, y del reino de Navarra (1512), ya muerta Isabel (1504). Intentaron la unión con Portugal mediante enlaces matrimoniales, pero esta política fracasó por fallecer los herederos. Fernando murió en 1516.



Los Reyes Católicos:

La conquista del reino Nazarí de Granada y

la incorporación del reino de Navarra



Los restos de Isabel y Fernando que reposan en la capilla real de la catedral de Granada, son símbolo y testimonio de la capital importancia que tuvo la guerra y la conquista de Granada en el reinado de los Reyes Católicos. Son múltiples los aspectos que nos muestran la importancia de esta guerra para el reinado de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.

En lo que se refiere al reino de Castilla, la conquista de Granada ratificó la victoria de Isabel y Fernando en el conflicto de sucesión y aseguró su posición frente a la nobleza, a la que consiguieron hacer participar de forma masiva en la guerra. La guerra de Granada fue clave para desarrollar el sistema fiscal y la capacidad militar castellana y significó un momento clave en la forja del estado castellano moderno.

Por otro lado, la guerra de Granada fue una contienda en la que participaron, militar y financieramente, aunque de manera desigual, castellanos y aragoneses, constituyendo la primera gran empresa común de la nueva monarquía.

En la política internacional, la conquista del último reducto político de Al-Andalus significó asegurar el flanco mediterráneo de la Monarquía ante el empuje turco que en 1480 había atacado Otranto, en el sur de Italia; asimismo, la toma de Granada dejó a los Reyes Católicos las manos libres para encarar con fuerza los otros frentes de su política exterior, especialmente su rivalidad con Francia en el Rosellón, Italia y Navarra.

Finalmente, la guerra y la conquista de Granada —hábilmente explotada por los propagandistas de la corona— sirvió para reforzar el prestigio de los nuevos monarcas. Así, en 1486, en pleno desarrollo de las operaciones militares, Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, hacía pública una profecía anónima que aseveraba que Fernando conquistaría no sólo Granada, sino también Africa hasta Etiopía, Jerusalén, Roma, las tierras de los turcos... hasta constituir un imperio universal.

La guerra, iniciada en 1482, estuvo marcada por el poderío militar cristiano y por las desavenencias internas en el reino musulmán. Tuvo sus principales momentos en las conquistas de Ronda (1485) y Málaga (1486). El sitio final de la ciudad de Granada, de abril de 1491 a enero de 1492, culminó con la rendición final de Boabdil, el último monarca del último reino musulmán de la península ibérica.

El reino de Navarra había oscilado durante la Baja Edad Media entre la influencia francesa, la más predominante, y las ambiciones de las coronas aragonesa y castellana. A partir de 1451, la guerra civil entre dos facciones nobiliares: los agramonteses y los beaumonteses o beamonteses agravó la debilidad de un reino que había sido duramente golpeado por la crisis económica y las epidemias.

Fernando de Aragón, el Rey Católico, intensificó sus injerencias en Navarra apoyándose en el bando beamontés pese a que este bando había sido derrotado en la guerra civil navarra. Los agramonteses buscaron el apoyo de Francia y esto fue considerado por Fernando el Católico con un acto hostil.

La invasión tuvo lugar en 1512. Pese a la resistencia de la facción Navarra aliada a Francia, la anexión se consolidó. En 1513, las Cortes de Navarra, convocadas en Pamplona, sólo con la asistencia de beamonteses, nombraron a Fernando el Católico rey de Navarra. El 7 de julio de 1515 las Cortes de Castilla en Burgos anexionaron el Reino de Navarra al de Castilla. El nuevo rey se comprometió a respetar los fueros del reino y así fue durante siglos: a pesar de su anexión a la corona de Castilla, Navarra conservó su propio ordenamiento jurídico, sus instituciones y su autonomía.



Los Reyes Católicos: La integración

de las Canarias y la aproximación a Portugal



La Corona de Castilla y Portugal fueron rivales sobre los derechos de conquista de las islas Canarias. Finalmente, en 1479, Portugal renunció a las islas por el Tratado de Alcaçovas.



En 1478, los Reyes Católicos ordenaron la conquista de Gran Canaria. En 1493 fue anexionada la isla de La Palma, y la unión a Castilla concluyó en 1496 con la conquista de Tenerife.

El proceso de conquista fue muy similar al que luego se aplicó en América. Fue llevado a cabo por particulares que firmaban contratos, capitulaciones, con la Corona.

La población indígena, los guanches, con un nivel de desarrollo económico y cultural muy bajo, fueron pronto exterminados. El contagio de enfermedades procedentes de Europa fue la clave del desastre demográfico.

Los conquistadores, sobre todo andaluces y extremeños, esclavizaron a la menguante población indígena, pese a las prohibiciones legales de los reyes castellanos y el Papa. Ante su desaparición paulatina, comenzaron a importar esclavos de la costa africana.

El azúcar se convirtió en la principal fuente de riqueza.

La estructura administrativa se copió de la castellana con un Capitán General al frente del archipiélago y dos Adelantados en Tenerife y Gran Canaria.

Cristóbal Colón hizo escala en Gran Canaria, y luego zarpó de la isla de La Gomera en el viaje de descubrimiento de 1492.

Con respecto a Portugal, los Reyes Católicos utilizaron la política matrimonial de forma sistemática como un instrumento de la política exterior:

En 1490, casaron a su hija Isabel con el príncipe Alfonso de Portugal, hijo primogénito del rey Juan II.

La muerte de Alfonso en 1491 y la del rey Juan II en 1495 dejaron como heredero al hermano del monarca, Manuel el Afortunado. En 1497, Manuel se casó con Isabel, viuda del anterior rey, Alfonso.



Isabel murió en 1498 en el parto de su hijo Miguel, quien murió dos años más tarde. De nuevo, la diplomacia matrimonial funcionó y la infanta María, hija también de los Reyes Católicos, ocupó su lugar como esposa de Manuel.

Pese a que esta política matrimonial no dio resultado inmediato, posteriormente en virtud de esta compleja red de relaciones familiares, Felipe II reclamó con éxito en 1580 el trono de Portugal, al morir sin descendencia el rey Sebastián.









La organización del Estado bajo los Reyes Católicos: Instituciones de gobierno.

Los Reyes Católicos establecieron las bases del Estado Moderno y de la monarquía autoritaria. Las instituciones de gobierno eran: 1. Los Consejos, organismos especializados que asesoraban al rey: el de Estado, el de Castilla o Real, el de Aragón, el de Indias, el de la Inquisición etc. 2. Los secretarios, letrados de confianza de los reyes. 3. Los Virreyes, representantes del soberano en un territorio en que no estaba presente. 4. Las Cortes, poco convocadas, juraban a los herederos al trono y concedían subsidios extraordinarios. 5. Los corregidores, delegados de los reyes en las ciudades castellanas para su control. 6. Las chancillerías o audiencias para la administración de justicia.

Para reprimir la herejía y salvaguardar la ortodoxia cristiana establecieron la Inquisición o tribunal del Santo Oficio (1478), que vigilaba a los judíos conversos. Sometieron a la nobleza pero consolidaron su poder económico y social con el mayorazgo (1505) Para acabar con el bandidaje en el campo crearon la Santa Hermandad (1476). Controlaron a la Iglesia con el Patronato Regio



La proyección exterior bajo los Reyes Católicos. Política italiana y norteafricana.

a) Política italiana: La expansión por el Mediterráneo interesaba tradicionalmente a la Corona de Aragón, pero Italia también era ambicionada por Francia. Ambos se enfrentaron en las guerras de Italia (1495-1503), que se desarrollaron en dos fases. Carlos VIII de Francia entregó en 1493 a Fernando el Católico los condados catalanes de Rosellón y Cerdaña en un intento de hacerle olvidar sus aspiraciones italianas, pero fue obligado a retirarse de Nápoles por el rey Católico. Su sucesor Luis XII pactó el reparto de Nápoles con Fernando pero estalló una nueva guerra. Los tercios españoles dirigidos por Gonzalo Fernández de Córdoba ("el Gran Capitán") derrotaron a los franceses en Ceriñola y Garellano, en 1503, conquistando el reino de Nápoles.

b) Política norteafricana. La Corona de Castilla tenía interés estratégico y comercial en el N. de África. Tras la conquista de Granada (1492) el ideal de cruzada contra el infiel llevó a la expansión hacia el Magreb. La ocupación española se redujo a las plazas fuertes de Melilla (1497), Orán, Bugía y Trípoli.



1 comentario:

  1. AQUI TIENEN LA PRIMERA ENTREGA. MAÑANA MAS, PERO NO MEJOR POR QUE VA A SER IMPOSIBLE. BUENAS NOCHES.

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